Hoy he visto en Linkedin una imagen que reflejaba muy bien la diferencia que existe entre nuestro plan para conseguir objetivos y la realidad con la que nos podremos encontrar en el camino para obtenerlos.
Resulta muy frecuente, en el comienzo de cada año, que nos planteemos muchos objetivos que nos harán bien en nuestra salud, familia, trabajo, estudios, ingresos económicos, tiempo libre….etc.
A veces algunas de estas buenas intenciones no superan la semana de “vida”. Las olvidamos con la rutina diaria, las posponemos para otro momento, nos parecen muy difíciles de poner en marcha…. En fin, pensamos que todo un mundo de circunstancias se confabula contra nosotros para impedir que consigamos nuestros deseos.
¿A alguien no le ha pasado esto alguna vez?
En cambio, cuando superamos estos obstáculos internos, nos sentimos motivados -que significa moverse para la acción- y ponemos toda la máxima ilusión como combustible.
Ahí es cuando empezamos a planificar en firme y a dibujar nuestra hoja de ruta para llegar a la meta. Nos sentimos plenos de energía positiva, confianza y entusiasmo para recorrer nuestro camino.
¡!Fantástico…ya podemos comenzar a dar los primeros pasos!!
Pero el camino a veces es sinuoso, a veces tiene retrocesos, otras veces llegan fuertes tormentas que no nos permiten avanzar como hubiéramos querido. Todos estos y muchos más obstáculos –internos y externos- estarán muy presentes en el camino elegido y tendremos que correr nuestro propio “rally” poniendo en ello todo el empeño, esfuerzo y coraje del que seamos capaces para llegar a destino.
Precisamente, en algunas ocasiones, estas dificultades son las que nos harán más fuertes y será mucho más gratificante conseguir nuestro objetivo.
¿Te atreves a continuar caminando…contra viento y marea?
Ana, deseo que el camino por el que transites para alcanzar tus objetivos 2015 sea como el de la primera viñeta.
Estoy completamente de acuerdo con la conveniencia/necesidad de, como bien dices, superar los obstáculos internos y poner toda la máxima ilusión como combustible.
Pero me gustaría señalar que en ocasiones la forma de «alcanzar la cima» se presenta con una formulación más modesta exigiendo reformular los objetivos que, quizá fruto de la euforia – o del cava -, pudieron ser poco realistas.
Conviene tener presente a expresión suajili «Pole, pole» (ir despacio acilmatándose) que, según nos cuenta Iñigo López de Uralde, en «TRES AMIGOS, TRES CIMAS. HIRU ADISKIDE, HIRU TONTOR» es la clave de los guías locales para la ascensión del Kilimanaro. De otro modo es muy posible que caigamos en el refrán que me repetía mi padre «arrancada de caballo, para de burro».
En todo caso ¡FELIZ 15! a ti y a los lectores de tu blog.
JF
Muchas gracias por tu aportación y por el sentido del humor con que compartes tus reflexiones a través de este blog.
Estoy de acuerdo contigo en que no podemos acelerar y ponernos ansiosos para conseguir algunos objetivos…y después frenar en seco. Muy bueno el refrán que decía tu padre.
Efectivamente, pienso que esto es una carrera de fondo en la que debemos llevar al ritmo que necesita cada etapa. Existirán momentos de velocidad y acción muy rápida y habrá otros en que tendremos que aflojar el ritmo, fluir con las circunstancias y tener una buena dosis de paciencia.
!!Seguiremos compartiendo más reflexiones este año!!
«Correr nuestro propio rally poniendo empeño, esfuerzo y coraje»… Eso es hacer el camino con un caballo ganador!!
Buen post! Muchas gracias Ana y felicidades por tu blog.
Me alegro mucho de que te haga gustado el post.
Muchas veces la motivación sóla no es suficiente. Por eso, el empeño, el esfuerzo y el coraje son tan necesarios para conseguir algunos de los objetivos que nos proponemos. Visualizar la meta y pensar sólo en ella puede hacer que las etapas del rally, por duras y difíciles que sean, resulten más llevaderas.
Muchas gracias a tí.
!!Suerte y adelante!!