En el pasado programa de enComunicación dediqué la píldora de inspiración a los bebes prematuros, sus padres y los excelentes equipos profesionales de los servicios de neonatología de los hospitales.
Sin la profesionalidad y el maravilloso trato humano que caracteriza a estos equipos médicos y de enfermería sería muy difícil la ayuda y orientación que recibirían los padres en esos momentos de incertidumbre y ansiedad.
Sin duda alguna, los beneficiados principales son esos bebés que atraviesan circunstancias extraordinarias para seguir adelante en su lucha por la supervivencia.
La combinación de variables emocionales, humanas, científicas y económicas puestas en común al servicio de este objetivo extraordinario suponen un ejemplo de inspiración y motivación.
Por razones familiares, hace algunos años ya, pude comprobar el excelente funcionamiento y la cuidada atención médica y de profesionales de enfermería de la unidad de neonatología del hospital Gregorio Marañón de Madrid. No sólo cuidan a los bebés, sus pacientes, también realizan el acompañamiento familiar en momentos de fuerte incertidumbre y angustia emocional, especialmente en la UCI de Críticos.
Los bebes prematuros tienen que pasar su última etapa de vida fetal en incubadoras. La tecnología y los equipamientos son excelentes y, a pesar de todos los cables, monitores y ruidos molestos, cumplen una función esencial que es mantener al bebé en sus constantes vitales.
Sin embargo, la incorporación de elementos emocionales y sensoriales –el método canguro- entre la madre / el padre con el bebé hacen milagros en la recuperación. Se trata de mantener el contacto piel a piel con sus padres.
Precisamente en esta línea, la de potenciar el contacto piel con piel y ampliar por más tiempo la duración del cuidado de los bebés por sus padres, se enmarca la campaña que inició a finales del año pasado el hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
Está recaudando fondos para dos fines: el primero, crear un nuevo centro de neonatología avanzada que incluya un espacio donde las familias puedan participar de forma más efectiva en el cuidado del recién nacido, y el segundo, potenciar la investigación en medicina neonatal.
La campaña “Contigo, como en casa” toma como referencia el caso de Álvaro, un niño prematuro que tuvo que pasar sus primeros tres meses de vida en el servicio de neonatología de este hospital. El título de este post se inspira en su historia resumida en la web de la campaña.
Cada año nacen en España más de 28.000 bebes prematuros.
A través de sus familias tenemos ejemplos conmovedores de lo esencial que es la vida.
A través de los médicos, enfermeras y auxiliares de las unidades de neonatología encontramos inspiración de todo lo que se puede conseguir con dedicación humana y profesional extraordinaria para afrontar situaciones de riesgo vital y graves enfermedades.
A través de las instituciones sanitarias públicas y privadas tenemos la unión de esfuerzos económicos y administrativos para la disponibilidad de equipos humanos cualificadamente preparados, el equipamiento tecnológico de última generación y la mejora de instalaciones, entre otros aspectos materiales.
Cada año, sin ser conscientes, a través de estos bebes tenemos más de 28.000 historias de lucha por la supervivencia, ejemplos de crecimiento humano y muy valiosas fuentes de inspiración.
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