El legado de El Principito

 

En la habitual sección de Píldoras de inspiración del programa enComunicacion hablamos sobre el legado de El Principito, un libro que llamamos “infantil”, cuyo contenido ilumina a pequeños y adultos por igual.

Más de 200 millones de copias y traducido a 300 idiomas, lo identifican como el libro más popular de la lengua francesa, cuyo significado supera generaciones, fronteras e hitos editoriales.

El pasado 6 de abril se celebró el 75 aniversario de su publicación. Antoine de Saint-Exupéry, aviador francés y reportero exilado en EEUU, lo escribió en plena 2ª Guerra Mundial.

Nos dejó una obra que nació en una época llena de tragedia y dolor a escalas nunca vistas, para ofrecer un soplo de esperanza. De ahí su carácter universal: aportó amor, ternura e ingenuidad en un escenario abarrotado de odio a la vez que predicaba valores y conceptos que miraban al ser humano como individuo altruista y generoso.

Esas posibilidades de vivir a través de sus metáforas son las que trascienden cualquier tiempo y mantienen, aún hoy, la vigencia de sus enseñanzas.

En esta inocente historia de un niño que vive en un mundo irreal se encierra una gran riqueza filosófica y humanista, que se inicia desde la dedicatoria atemporal dirigida a Leon Werth directamente y a sus lectores por extensión. Todos los adultos hemos sido niños, pero pocos solemos recordar esta etapa de nuestra vida.

Si El Principito parece, a simple vista, un cuento infantil, las enseñanzas que nos transmite dan valor a la amistad, al amor, la tristeza, la riqueza… Quisiera compartir algunas de ellas:

 “Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”

Cuantas veces las encrucijadas de la vida, los obstáculos y circunstancias fortuitas nos mostraron que, a veces, es necesario salir del camino de siempre para aprender, conocer y crecer sin miedo al riesgo que eso pueda llevar.

“Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existen ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos”

La tecnología ha ampliado las posibilidades y la rapidez de la comunicación como nunca antes había sucedido. Sin embargo, el mal uso que a veces hacemos de la tecnología está dañando mucho las relaciones humanas. Es necesario recuperar el valor de la amistad entre las personas, cultivar y cuidar esas relaciones como tesoros incalculables que son.

“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. … Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo “¡Soy un hombre serio!”

El trabajo es importante, pero no debe ser el núcleo central de la vida. Es necesario compartir emociones, brindarnos a los demás. disfrutar de la vida aprovechando lo bueno de cada momento y encontrar la felicidad en las cosas sencillas y únicas.

Finalizo este post con uno de los mensajes más inspiradores del cuento:

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. “

Siempre hay una buena salida para la tristeza

Tristeza

Seguimos caminando por el mundo de las emociones básicas y en el programa de enComunicación de esta semana hemos hablado de la tristeza.

Mario Alonso Puig en su libro “Vivir es un asunto urgente” señala que las emociones que más vergüenza nos da expresar son el miedo y la tristeza. Especialmente comenta que cuando no se expresan bien pueden ser transmutadas en resentimiento.

Los hechos que causan tristeza podríamos centrarlos en que:

  • Algo malo nos pasó, dejando atrás una fuerte sensación de fracaso
  • Algo o alguien querido se perdió: una persona, una relación, un trabajo, …..
  • Se cerró una posibilidad de hacer algo o de estar con alguien,se perdió la ilusión
  • O bien finalizó un ciclo vital, ya sea personal o profesional

La tristeza se expresa corporalmente con:

  • Mirada hacia abajo, boca con rictus descendente
  • Los hombros se encogen, el cuerpo se “siente” pesado
  • En ocasiones cuesta trabajo respirar
  • El tono y el volumen de la voz son bajos
  • Puede aparecer el llanto o algunas lágrimas
  • En general, tenemos baja energía y nuestros movimientos son lentos

¿De qué manera podemos soltar la tristeza?

La tristeza, -a diferencia de otras emociones como el enojo y la alegría que “desbordan” por salir-,  supone introspección. La atención se enfoca hacia el interior de uno mismo.

  • El ánimo está bajo y no hay interés ni se quiere salir al exterior
  • Se busca el silencio
  • Se llora
  • Se busca consuelo en algo o en alguien que nos pueda escuchar y comprender
  • Se ven dificultades en todo lo que hacemos y nos rodea
  • Los comentarios pueden tener  un tono pesimista y resignado

Desde la perspectiva del coaching, en la tristeza se hace necesario “vivir el período de duelo” para aceptar la pérdida que se ha producido. Es un final de ciclo, de algo o de alguien que requiere esos momentos de soledad y de introspección profundas.

Entender racionalmente cómo se siente y se expresa la tristeza, puede evitarnos que caigamos en un declive descendente hacia la depresión,  de la que es mucho más difícil salir y requiere una ayuda externa médica muy cualificada y prolongada.

Una vez que hemos aceptado la pérdida o que hemos aprendido del error, según sea el origen de la tristeza, podremos afrontar otras estrategias para recuperar el ánimo y el pensamiento positivo, como retomar actividades que nos hagan sentir bien de forma progresiva: pasear, hacer ejercicio suave, contemplar paisajes de la Naturaleza, escuchar música, leer libros, conversar con alguien de confianza,….cada persona sabrá qué es lo mejor en esos momentos.

Cuando se ha superado  el “duelo” que lleva la tristeza, habremos descubierto:

  • Recursos dentro de nosotros mismos
  • Todo aquello, las personas que tenemos a nuestro alrededor y que son  esenciales para mantenernos “a flote”, para recuperar la confianza y la alegría.
  • Nuevos horizontes de perspectiva para la acción

nubes

Hoy quiero cerrar este post con una frase muy especial del poeta Khalil Gibran:

“Aunque la tormenta sea muy larga, el Sol siempre volverá a brillar entre las nubes”