El viaje interior de Jean Dominique Bauby

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Querer comunicarse, moverse, comer y no poder …

El cerebro está intacto, mantiene las funciones cognitivas, pero el cuerpo no recibe las órdenes debido a lo que se conoce como “locked in syndrom” o “síndrome del cautiverio”. Se trata de un derrame cerebral, concretamente en el bulbo raquídeo que provoca que el cerebro y el cuerpo no puedan comunicarse.

Las graves lesiones en el tronco cerebral interrumpen las conexiones entre el cerebro y el cuerpo, paralizando los movimientos voluntarios. Sólo puede existir, a veces, un último resquicio de los movimientos reticulares. La persona queda así encerrada dentro de un cuerpo que no responde a su propia voluntad.

Esta es la sobrecogedora experiencia que vivió Jean Dominique Bauby, un hombre famoso por su actividad en el periodismo y, especialmente, por ser editor de la revista Elle.

La vida de Bauby sufrió una gran transformación el 8 de diciembre de 1995 a raíz de un grave accidente cerebro vascular que le sumió en un coma profundo. Al despertar, semanas más tarde, su cuerpo estaba totalmente paralizado: no podía moverse, comer, ni tragar por sí mismo. Pero sus facultades mentales seguían intactas.

Sus pensamientos, recuerdos, emociones y vivencias interiores le mantuvieron totalmente consciente de la nueva realidad y de todo lo que sucedió en esa última etapa de su vida en el hospital de Berck, próximo a París.

Podía ver, oír, comprender, recordar, emocionarse, imaginar, pensar, pero no podía hablar ni escribir. Su único “medio de comunicación” con el exterior era su ojo izquierdo. A través de parpadeos logró comunicarse con algunas de las personas que estuvieron con él en esos momentos tan duros.

De esas extrañas conversaciones -mediante parpadeos y seleccionando letra a letra para formar palabras-, surgió el libro Le Scaphandre et le Papillon, en español “La escafandra y la mariposa”.  Bauby comparte su intenso mundo interior… Pensamientos, reflexiones, angustias y confesiones quedaron impresas en sus páginas.

Sobrellevó su asfixiante parálisis dejando volar su imaginación: se veía encerrado dentro de una escafandra de buceador, mientras que su mente y su memoria eran la mariposa que volaba en libertad, alcanzando horizontes más allá de lo real.

Con este titánico esfuerzo y una admirable tenacidad y espíritu de superación, Bauby rompió su muro de silencio, se sobrepuso a la compasión propia y de los demás. Logró que sus reflexiones no quedaran sólo para él, sino que encontró el modo de compartirlas con todos los demás, escapando de su “prisión” y ampliando los límites físicos de su dimensión humana.

Murió poco después de saber que su libro, publicado en 1997, se convirtiera en un gran éxito de ventas que fue versionado por el director de cine Julian Schnabel en The diving bell and the butterfly. This isn`t the end .

Imagen de J.D. con sus hijos. The Independent

Imagen de J.D. con sus hijos. The Independent

“Una carrera cuyo resultado se conoce… las oportunidades que no has querido aprovechar, los momentos de felicidad que has dejado escapar…” son algunas reflexiones que nos deja Bauby en el mayor viaje –a su mundo interior- que realizó durante su vida estando inmóvil.