El desafío de hoy: hablar en público

Actualmente vemos que existe una amplia oferta de cursos sobre oratoria, hablar en público, realizar presentaciones eficaces y otras habilidades relacionadas. Parecería que hablar en público fuera algo muy complicado, para lo que hay que prepararse mucho…

Hablar en público resulta una tarea bastante habitual, no sólo en el aspecto profesional, sino también en el personal. Siempre que hablamos es para contar, defender y argumentar nuestras opiniones.

En mi habitual espacio de la sección Coaching para ti, de esta última semana, conversé con Carlos Ferragut sobre el tema de hablar en público, si es fácil o difícil, cómo prepararse, qué es el miedo escénico y cómo evitarlo, entre otras cosas.

Si lo pensamos con detenimiento, la habilidad de hablar en público tendría que desarrollarse desde que somos pequeños, en la escuela, a la hora de presentar los trabajos escolares, por ejemplo.

Esta es una tarea propia no sólo de la inteligencia lingüística, sino también de la inteligencia emocional interpersonal, según la teoría de las inteligencias múltiples propuesta por Howard Gardner en 1983. En algunos colegios españoles ya se está aplicando esta teoría obteniendo muy buenos resultados.

También sabemos que, en algunos momentos existen situaciones que nos “bloquean” cuando tenemos que hablar en público, que nos hacen pensar que lo vamos a hacer mal. El miedo a enfrentar ese auditorio o a quedar en ridículo, hace que dudemos de nuestro potencial y se genere un diálogo interior incesante y perturbador. Quedamos atrapados en lo que se denomina el miedo escénico.

Emocionalmente, el miedo escénico puede llegar a paralizar. Mientras no podamos apaciguar ese “ruido” interior o controlarlo, nuestra mente “se quedará en blanco”.

¿Cómo hacer frente a esta situación?

Con una buena preparación emocional y operativa.

Desde el enfoque emocional, se trata de sentir y valorar nuestro máximo potencial y recuperar la confianza en uno mismo.

En lo físico, se puede practicar alguna técnica de respiración que nos ayude a relajarnos, como mindfulness, y pensar en positivo antes de la presentación (pensamiento positivo).

Con estos métodos sencillos, nuestro problema tendría que solucionarse.

Si la situación de bloqueo persiste, habría que investigar con mayor profundidad sus causas, ya sea trabajando desde la perspectiva del coaching o, de ser necesario, desde la psicología para averiguar las raíces de ese miedo y aplicar las técnicas más adecuadas para superarlo.

Desde la perspectiva operativa, un gran porcentaje del miedo a hablar en público puede reducirse.

Esto es una buena noticia!

¿Qué debemos hacer?

  • Lo primero es conocer quién será nuestro público y qué intereses les mueve a escucharnos.
  • Después, preparar con mucho detalle la presentación que realizaremos, recopilando todo tipo de documentación escrita y audiovisual relacionada con el tema.

o Hablar sólo de lo que conocemos bien y en profundidad
o Tener claro el objetivo que queremos conseguir con nuestra presentación
o Preparar a fondo el esquema a desarrollar y los contenidos

  • Tener previstas varias alternativas en caso de que se produzca alguna incidencia y necesitemos improvisar. Es lo que conocemos como “el plan B, el plan C….”.
  • Ensayar la presentación ante un espejo o una cámara de video.
  • Saber con qué medios técnicos contaremos: micrófono, equipo, proyector, etc… para conocer su funcionamiento y manejo en caso de no disponer de ayuda técnica.

Estas pautas no son únicamente para exposiciones en público o conferencias, también algunas de ellas son de mucha utilidad para presentar cualquier actividad o producto, sentarse en una mesa de negociación, tratar con un cliente, etc.

Como vemos, este desafío se puede solucionar con seguridad y confianza en uno mismo, con conocimiento del tema a tratar y… con práctica, práctica y mucha más práctica!