La amplitud y fuerza de la emoción del amor

amor

Fotografía de Sarah Graybeal

La emoción del amor ha sido el broche especial del recorrido por las emociones básicas que hemos realizado en el programa enComunicación  de EsRadio Valencia FM.

El amor es la energía más poderosa del Universo. Puede transformar otras emociones que generan malestar tanto en nosotros mismos como en los demás. Si se quiere y se pone intención en hacerlo, acciones como una sonrisa, un gesto amable,  un abrazo y palabras como “lo siento”, “gracias”, “te quiero”  pueden terminar un conflicto.

Para algunas personas el amor podría parecer una emoción suave. Otras lo ven con cierto tono romántico.

El Diccionario de la RAE  asigna hasta catorce significados a la palabra “amor”, que podríamos agruparlos en estas tres líneas principales:

  • Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
  • Tendencia a la unión sexual.
  • Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.

El amor aparece en aspectos de la vida como:

  • la protección de los demás, el cariño y el sentido de pertenencia en la pareja, la familia, colectivos profesionales, clubes de aficionados, etc…
  • la vocación que siente la persona hacia una actividad profesional o artística; es la pasión y el talento con que se realiza.
  • la solidaridad y el amor espiritual hacia personas y entornos desfavorecidos que realizan las organizaciones religiosas y civiles…

El Papa Juan Pablo II escribió: “El ser humano no puede vivir sin amor. Sin amor el hombre no se comprende a sí mismo; su vida sin amor no tiene sentido”

De hecho, el amor crea vínculos afectivos desde el nacimiento que son imprescindibles para el crecimiento emocional equilibrado y positivo.  Predispone a que haya entendimiento mutuo con el otro.

El problema está cuando se produce dependencia de la otra persona o de algo. Y es que el amor tiene intensidades. Puede ir desde los celos y la idolatría hasta la aceptación, la ternura y la confianza.

En este sentido, Eduardo Punset, Rafael Bisquerra y PalauGea -en el libro Universo de las emociones – comentan la complejidad del amor.  Esta complejidad obedece a que una sola palabra refleja muchos tipos y formas de amor (: enamoramiento, empatía, simpatía, aceptación, autoestima, amabilidad, solidaridad, gratitud, compasión,….

 

Estos autores citan expresamente que “La función del amor es aumentar las probabilidades de permanencia de la especie. En este sentido tiene que ver, lógicamente, con la reproducción. Hay un largo proceso para asegurar la reproducción, que puede incluir la atracción erótica, el enamoramiento, el compromiso, la maternidad y paternidad, la convivencia, etc. Según en qué aspecto fijemos la atención, tendremos distintas formas de entender el amor.”

¿Qué nos ofrece el amor?

Desde el ámbito de la psicología se afirma que la madurez humana consiste en haber aprendido a amar y ser capaces de amar. Muchas neurosis, amarguras y tristezas se originan en el egoísmo y se curan dando amor.

El amor conduce a un estado de bienestar. Según Punset, activa el sistema parasimpático que libera hormonas que nos llevan a un estado de felicidad.

Los beneficios del amor para la salud son múltiples: mejora el sistema inmunitario, disminuye el  estrés, proporciona vitalidad y aumenta la autoestima.

Para la persona y su comunicación, el amor hace que nos sintamos más felices, favorece los vínculos sociales y nos hace disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

El amor es la emoción que transforma profundamente a la persona y la une a los demás de forma muy especial.

 

 

 

¿Cómo alcanzar un sano orgullo?

orgullo

En el programa EnComunicación  de EsRadio Valencia FM hablamos de una emoción –el orgullo– un tanto controvertida según sea la perspectiva desde la que se trate.

El Diccionario de la RAE define “orgullo” textualmente como  “arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas”.

Pero esta definición muestra una visión muy reducida de la palabra. Si buscamos más, encontramos  significados de “orgullo” relacionados con las causas que producen esta emoción:

  • Satisfacción por algo propio o cercano a uno que se considera valioso
  • Persona o cosa que produce este sentimiento
  • Amor propio o pundonor

Lo anterior muestra un sentimiento elevado de dignidad personal, entendido como admiración y reconocimiento tanto propio como ajeno. Esta emoción surge, por ejemplo, cuando se han atravesado situaciones difíciles con resultados que superan con mucho los estándares normales.

Por otro lado, el orgullo, a veces, tiene una perspectiva negativa.  Puede construir  muros entre los demás y la persona  que se ha vuelto demasiado egocéntrica al pensar sólo en sí misma.  Actitudes como considerar que la opinión propia es la única que vale, no reconocer las equivocaciones, esperar que los demás sean quienes den el primer paso cuando hay conflictos, creerse imprescindible, ..etc, son características de esta emoción llevada a exceso.

¿Qué hacer para gestionar el orgullo de forma positiva?

  • El primer paso consiste en reconocerlo y aceptarlo.
  • Darnos cuenta de que nosotros no “somos” el cargo, ni el rol que asumimos en algún momento de nuestra vida, ni tampoco las posesiones materiales que tenemos. Asumir que todo eso es algo temporal  y que aquí quedará cuando finalicemos nuestra existencia física.

Me gusta recordar la frase que escuchaban los césares y los generales de Roma, de boca de un esclavo subido a su lado en el mismo carro, cuando entraban victoriosos en la ciudad con el triunfo conseguido en las batallas:  “Mira hacia atrás y recuerda que tan sólo eres un hombre…”

romano

  • Aprender de los errores cometidos
  • Perdonarnos a nosotros mismos de lo que no hemos sabido o no hemos querido ver.
  • Aceptar a los demás con todas sus diferencias hacia nosotros. Todo encierra algo positivo
  • Potenciar la comunicación para comprender a la otra persona y llegar a acuerdos

Por el contrario, cuando la emoción del orgullo está en su nivel mínimo, podemos hablar de un problema de baja autoestima e inseguridad personal.

Desde la situación concreta en la que se está produciendo la baja autoestima, los pasos a seguir serán:

  • Pedir ayuda cuando es necesario. En ocasiones cuesta mucho dar este paso y asumir que a veces solos no podemos con determinadas circunstancias.
  • Desde coaching, analizar los hechos con la persona para saber si su perspectiva se basa en realidades o en suposiciones
  • Identificar y entender las situaciones propias y/o ajenas que no permiten crecer, que frenan la vida que se quiere conseguir
  • Afrontar el miedo y abandonar el victimismo

De esta manera, en mi opinión, encontraremos los recursos internos que impulsen a la persona para tomar las decisiones necesarias y  salir  adelante. En definitiva,  lograr la “energía” de la motivación, el esfuerzo y la dedicación.

Con estos pasos, habremos conseguido alcanzar un sano orgullo que nos nutre con su perspectiva más positiva: el afán de superación y la dignidad.